martes, 8 de abril de 2008

Reivindico a Gurruchaga...


Quiero en este mi primer comentario, reivindicar poderosamente la figura de Javier Gurruchaga, polifacético "showman" y fundador de la Orquesta Mondragón.

Quien no recuerda la "tamborrada" de pedos "con perdón" (o no, por que???) de aquella nochevieja de antaño...

Escuchando recientemente los temas de su orquesta, que alimentan como ninguna las ansias de cuchufleta, me doy cuenta de "que grande es" y "como se desliza entre mis piernas", parodiando una de sus propias expresiones...

Los montajes escenográficos y televisivos que este "denostado" artista desarrollaba en los 80´y principios de los 90´vienen a recordarnos la regresión creativa que sufrimos en este comienzo de siglo y nos dan una lección de estética (incluso cuando los recursos en aquella época dejaban "todo" que desear), es como si de un plumazo la libertad, creatividad y derecho de opinión "a mi manera", se hubieran esfumado con la "consolidación" de los valores de nuestra imberbe democracia...

Hoy se crea, escribe y planifica el show business pensando únicamente en la masa, sin importar una mierda (gracias, SAR marketing) el "artefinal", el detalle, el "punch", el sainete, lo técnico vence a lo artístico; lo empírico a lo onírico, los ceros (que paradoja, nos enseñaron que no valían nada...) a la palabra.

Mis consideraciones mas distinguidas para finalizar para Popotxo, fiel escudero de nuestro protagonista, de reducidas dimensiones pero grande en su oficio.

Vuelve Javier a viajar con nosotros, la ciudad donde vivo es hoy, más que nunca, un monstruo con siete cabezas.

2 comentarios:

Iván San Martín dijo...

Estoy completamente de acuerdo con su acertado argumento reivindicativo hacia la figura colosal de Javier Gurruchaga, estandarte de la posmodernidad española y sinónimo masculino de la copla hortera española.

Un cordial saludo de "El niño con puñetas en vinagreta".

P.D. Pongame a los pies de cada una de sus correspondientes señoras.

José Morante dijo...

Quiero hacer el paseillo en este blog saludando a la presidencia, formada, por primera vez, íntegramente por asesores artísticos.

En cuanto al tema que nos ocupa, Don Javier Gurruchaga, quiero hacer una pequeña obervación. A mí me recuerda al carácter del artista británico, provocador y sin miedo al ridículo.

Cito a Rosa Montero: "Lord Byron, que era también bastante raro, escribió que España perdió su imperio y entró en decadencia por culpa del Quijote. Según él, la obra de Cervantes, pieza esencial de nuestra cultura, nos habría ido enseñando a los españoles, generación tras generación, que los soñadores eran unos locos patéticos, unos seres risibles, y que hacer algo distinto a los demás te condenaba al escarnio general. La afirmación de Byron puede ser una boutade, pero resulta ingeniosa. Porque es verdad que los españoles siempre hemos padecido un exacerbado, patológico, sentido del ridículo, y también es verdad que ese miedo a la mofa general coarta la acción, la innovación y la audacia. Justo lo contrario que los ingleses, que fomentan y respetan la extravagancia. Es sin duda así, perdiendo el miedo a ser extravagante, como se puede inventar la máquina de vapor, encontrar las fuentes del Nilo o descubrir América. Y, ciertamente, cuando Colón consiguió el apoyo de Isabel la Católica para su sueño loco de llegar a las Indias, Cervantes aún no había nacido."

Gran reflexión acabo de dejar escrita.